Dos iglesias
Dos formas de habitar el barroco en América

El Códice de Huexotzinco (1531) – ejemplo visual del temprano mestizaje cultural y codificación indígena tras la conquista, reflejando tributos y actividad comunitaria nahua
La Parroquia de San Andrés, ubicada en la ciudad de Cholula, y el Convento de Huexotzinco, localizado en Puebla, son dos ejemplos clave para entender cómo se vivió la transculturación religiosa y arquitectónica en la Nueva España del siglo XVI. Apesaqr de que ambas construcciones se enmarcan en el mismo contexto de evangelización temprana, representan diferentes maneras de relacionarse con el territorio, con lo sagrado y con la población indígena que ya habitaba estas tierras desde sus origenes.
Si hablamos en pri,er lugar sobre el caso del Convento de Huexotzinco, podria mencionarse que los franciscanos desarrollaron un proyecto arquitectónico imponente: su atrio amplio, su capilla abierta y su estructura de convento lo convierten en un espacio planificado para la enseñanza religiosa a gran escala, lo que algunos autores llaman un “convento fortaleza”. Su carácter cerrado y monumental buscaba imponer el nuevo orden religioso, pero también buscaba crear una estructura que demuestre el poder. Como señala Bergallo, “las nuevas sociedades americanas… crean nuevos ambientes culturales representados, fecundamente, por los barrocos mestizos y regionales”.
Por otro lado, en cambio, la Parroquia de San Andrés de la ciudad de Cholula muestra una relación más directa con las formas de organización indígena, aunque también tiene elementos del barroco evangelizador (como lo serian el atrio o la capilla abierta), pero en este caso la parroquia funciona dentro de una república de indios, con mas participación de los representantes locales en la vida religiosa. La apropiación del espacio se da de forma menos vertical. Como dice Gutiérrez, “el barroco no ingresa en una dialéctica de conflicto sino en un proceso de integración cultural”.
Entonces, si tenemos que habl;ar sobre las diferencias entre ambas, no se pueden mencionar diferencias observando solamente la escala o los materiales, sino que también se debe tener en cuenta el tipo de relación que establecen con el entorno y con sus habitantes. En Huexotzinco, la planificación es mucho más europea; en la capilla San Andrés, el espacio mantiene relaciones simbólicas con lo prehispánico, como las antiguas rutas rituales o la continuidad del uso sagrado del territorio. “No existía... una clara división del mundo sacral y del mundo secular como se concebía en el pensamiento occidental contemporáneo” explica Gutiérrez.
Por otro lado, respecto a sus puntos en comun, podemos empezar con destacar que es una obviedad que ambas obras son fruto del trabajo indígena, pero esa participación no fue solo manual, también fue simbólica. Los indígenas incorporaron elementos de sus propias tradiciones, en la decoración, en los rituales y en la manera de habitar los espacios. Factores y cuestiones que dan a entender con mayor facilidad en que se basaba todo este proceso de transculturaci[on. Como describe en su texto, Gutiérrez, habla sobre que la participación elocuente en las fiestas religiosas... marcaba el ascenso de estos sectores marginales de la sociedad. Poniendo lo mencionado en cuestiones fisicas a analizar, en Huexotzinco, por ejemplo, esto se ve reflejado en la decoración tequitqui, tallada por manos indígenas que reinterpretaron los símbolos cristianos. Luego, en San Andrés, se ve en lo que seria la organización comunitaria del culto, en la mezcla de formas arquitectónicas con saberes y ritmos locales.
El papel de la Iglesia en ambos espacios fue central, pero no idéntico. Por un lado, mientras que en Huexotzinco se mantuvo una estructura más jerárquica y doctrinal, en Cholula hubo mayor apertura para una relación cotidiana y ritualizada del espacio religioso. La iglesia parroquial se integró a la vida del pueblo, mezclandose con sus costumbres y coltura ya existente; sus celebraciones fueron algo mas significativo que actos de fe: fueron expresiones de una cultura en transformación, donde las prácticas indígenas encontraban una nueva manera de ser, dentro del mundo cristiano.
Gutiérrez lo resume bien cuando menciona: “Nuestro barroco tendrá siempre componentes europeos, pero jamás podrá explicarse excluyentemente por ellos, pues responde a otros contextos sociales y culturales”. Y es justamente esa diferencia de contexto la que permite que dos espacios, nacidos con un fin común (—evangelizar) , se transformen en diferntes maneras de representar lo que fue el barroco en América.
Concluyendo, comparar estos dos espacios religiosos nos ayuda a ver cómo una misma estrategia tomo diferentes formas dependiendo del lugar, del grupo social, y del tipo de relación que se construyó entre los evangelizadores y la población indígena. Diferentes perspectivas de este proceso de transculturacion, demostrando como tuvo ciertas escalas, si asi se puede denominar, siendo y demostrando que no es un proceso que se pueda categorizar en una siomple definicion.“si los espacios externos (atrio, fuentes, capillas posas, capillas abiertas) constituían la expresión de la inserción del mundo indigena en la reformulación de un programa arquitectónico cristiano, la permanencia del templo y el claustro señalaba también la vigencia del mundo europeo transculturado”(gutierrez). Ambos edificios muestran la riqueza de ese proceso, pero también las tensiones, adaptaciones y resistencias que definieron la identidad cultural de la Nueva España en Mexico.

Otra vista de la Pirámide de Cholula con su templo, acentuando la coexistencia entre lo indígena y lo religioso colonial, un documento visual de la transculturación arquitectónica