La Parroquia de San Andrés de Cholula:
Un ejemplo de integración cultural en el barroco novohispano
Pero más allá de su disposición espacial, lo que distingue a San Andrés es su vínculo con la vida comunitaria. La iglesia no era solo un lugar de culto, sino también un espacio de encuentro, de organización social, un luagr de expresión para sus festividades y celebraciones. Estas celebraciones religiosas reunían a los gremios, cofradías y autoridades del pueblo, y funcionaban como un lugar de participación activa de los sectores indígenas y mestizos. En palabras de autores, la participación elocuente en las fiestas religiosas marcaba el ascenso de estos sectores marginales de la sociedad. A través de la fiesta, la música, las procesiones y las tareas colectivas, la comunidad encontraba formas de apropiarse del espacio religioso sin perder su identidad.
La Parroquia de San Andrés, ubicada en el corazon de San Andrés Cholula, es un caso representativo de cómo el proceso de evangelización en la Nueva España no fue simplemente una imposición cultural, sino que también fue un gran fenómeno de transculturación. En este templo, construido en el siglo XVI, se puede observar cómo las comunidades indígenas no solo recibieron influencias europeas, sino que también integraron y resignificaron muchas de ellas desde su propio contexto social, simbólico y territorial.
Desde sus inicios, esta parroquia estuvo ubicasda en una república de indios, lo que significa que funcionaba dentro de una estructura de autogobierno indígena reconocida por las autoridades coloniales. Esto le dio un papel muy activo a la población local en la organización religiosa y cotidiana. Como señala Ramón Gutiérrez, el barroco americano no se desarrolló como un conflicto entre culturas, sino como “un proceso de integración cultural” donde las maneras europeas se adaptaron a las prácticas y creencias preexistentes del lugar .
En este caso, la arquitectura del templo combina elementos tradicionales de la evangelización cristiana en América, como el atrio amplio, la capilla abierta y las posas en las esquinas, con el modo especifico en que la comunidad indígena se relacionaba con lo sagrado. Estas formas arquitectónicas respondían tanto a la necesidad de instruir a nuevos fieles como a la costumbre indígena de celebrar rituales colectivos en espacios abiertos. Según Gutiérrez, para los pueblos originarios no existia una clara división del mundo sacral y del mundo secular como se concebía en el pensamiento occidental contemporáneo. Por eso, estos espacios fueron rápidamente incorporados y utilizados con significados propios de los locales.
La construcción del templo también muestra esta mezcla cultural. La mano de obra fue indígena en su mayoría, y muchos elementos decorativos revelan un estilo mestizo: altares dorados, arte con identidad regional y decoraciones que recurrena a un color, a los sentidos y al simbolismo. Aunque más sobria que otras iglesias barrocas de mayor escala, la Parroquia de San Andrés expresa la estética y la espiritualidad de su entorno regional. Como sostiene Bergallo, estas obras “se constituyen en respuestas originales y auténticas, con rasgos identificatorios propios y regionales”.
Pirámide artificial de Cholula. Grabado original en madera, grabado por C. Maynard a partir de (una obra de) A. Slom. 1891.
Vista del Cerro de los Remedios en Cholula, Puebla, México, América Central. Este fue un antiguo sitio religioso azteca sobre el cual se construyó una misión católica, como puede verse en la cima del cerro. Año 1846.
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La imagen es un grabado titulado "PIRÁMIDES EN CHOLULA", que muestra tres representaciones de las pirámides de Cholula en diferentes etapas o perspectivas.
I. Muestra la pirámide tal como aparece en la actualidad, con una iglesia en la cima, que es la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios.
II. Presenta una vista parcial de la estructura, revelando las capas de construcción de la pirámide, que es la Gran Pirámide de Cholula, una de las pirámides más grandes del mundo en volumen.
III. Muestra una vista más cercana de las ruinas, destacando la vegetación y la erosión que cubren gran parte de la pirámide.
Por otro lado, esta arquitectura era tambien una herramienta pedagógica y ritual, pensada no solo para la contemplación, sino para la participación activa. En este sentido, la parroquia cumple con uno de los objetivos fundamentales del barroco novohispano: conmover, enseñar y convencer por medio de la experiencia sensorial y emocional. “La capacidad de conmover y de transmitir el mensaje (…) pueden aparecer como contradictorios…pero son profundamente populares y extendidos en la sociedad colonial americana”, explica Gutiérrez.
En definitiva, la Parroquia de San Andrés de Cholula representa un ejemplo claro de cómo el barroco se transformó en un lenguaje que fue mas bien algo compartido, capaz de unir dos tradiciones culturales distintas. No es solo una iglesia construida en época colonial: es el resultado de una fusion entre el mundo indígena y el cristiano, entre las cuestiones impuestas y las apropiadas, entre lo institucional y lo comunitario. Como resume Gutiérrez, este tipo de arquitectura es una respuesta creativa a unos programas que requieren no solamente belleza sino también satisfacción de necesidades funcionales y espirituales.